El sector lácteo español es considerado como uno de los pilares fundamentales de la
economía española, caracterizándose como una de las partes más importantes de la
industria agroalimentaria en España. A pesar de su descenso experimentado desde el año
2010 hasta el año 2016 en lo que a términos de producción y consumo se refiere, y
manteniéndose estable hasta la fecha actual, su producción de recursos básicos como la
leche y productos lácteos, además de la actividad que genera respecto al comercio
exterior, hace que se mantenga a flote en los días actuales. Además, aplicando el término
de responsabilidad y considerando su alto compromiso y aportación para la solución de
los problemas actuales como lo son la economía, la sociedad o la preocupante situación
medioambiental por la que se atraviesa, hacen que el sector genere una reputación y una
imagen de prestigio frente al mercado y los consumidores, aprovechando estos actos de
implicación como una estrategia comercial que implícitamente le proporcionan un
incremento de los beneficios económicos generados por su actividad en el día a día.
